Para que un ecosistema funcione, necesita de un aporte
energético que llega a la biosfera en forma, principalmente, de energía
luminosa, la cual proviene del Sol y a la que se le llama comúnmente flujo de energía (algunos sistemas marinos
excepcionales no obtienen energía del sol sino de fuentes
hidrotermales).
El flujo de energía es
aprovechado por los productores primarios u organismos compuestos
orgánicos que, a su vez, utilizarán los consumidoresprimarios
o herbívoros, de
los cuales se alimentarán los consumidores secundarios o carnívoros.
De los cadáveres de todos los
grupos, los descomponedores podrán obtener la energía para lograr subsistir. De esta
forma se obtendrá un flujo de energía unidireccional en el cual la energía pasa de un nivel a otro en un
solo sentido y siempre con una pérdida en forma de calor.
Los diferentes niveles que se
establecen (organismos fotosintéticos, herbívoros, carnívoros y descomponedores) reciben el
nombre de niveles tróficos.
En los ecosistemas
acuáticos en cada paso se pierde el 90% de la energía, y solo queda el 10% para el siguiente nivel trófico.
En los terrestres
el porcentaje que llega es aún menor.[cita requerida]
Flujo de energía en bosques
Los bosques acumulan una gran
cantidad de biomasa vertical, y muchos son capaces de
acumularla a un ritmo elevado, ya que son altamente productivos. Esos niveles
altos de producción de biomasa vertical representan grandes almacenes de energía
potencial que pueden ser convertidos en energía
cinética bajo las condiciones apropiadas. Dos de esas
conversiones de gran importancia son los incendios forestales y las caídas de árboles; ambas
alteran radicalmente la biota y el entorno físico cuando
ocurren. Igualmente en los bosques de alta productividad, el rápido crecimiento
de los propios árboles induce cambios bióticos y ambientales, aunque a un ritmo
más lento y de menor intensidad que las disrupciones relativamente abruptas
como losincendios.
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